hello@guillermosantoma.com Bio
|
c/ Tirso de Molina 35 Nave E. 08940 Cornellà de LLobregat

Galeria Vilaseco

GALERIA VILASECO – 2021

Performance at Galeria Vilaseco 2016

(enseña: “LEARN TO THINK LEARN TO READ LEARN TO ERITE MAKE SENSE”) John Baldessari que dice: “aprender a pensar, aprender a leer, aprender a escribir… make sense», esta cosa del “make sense” tan inglés. Es el orden principal en donde nos desenvolvemos, pero yo creo que, de alguna manera, lo que hay que hacer es luchar contra ese “make sense”. Habría que agrupar estas tres cosas y ser capaz de conseguir ponerlas en práctica a la vez. John Baldessari, supongo que la mayoría ya lo conocéis, es un artista conceptual estadounidense. Al principio, él era pintor, y en un momento dado de su carrera decidió quemar todas sus pinturas y empezar a trabajar en lo que ahora conocemos de él, que es una obra mucho más gráfica. (enseña: “NO MORE ART!”) Tuve la suerte de poder vivir en India durante dos años cuando me escapé de la universidad. Aunque en realidad tampoco me escapé, me fui porque estaba un poco perdido, no entendía bien a lo que tenía que dedicarme. Decidí perderme en India una temporada. Ahí descubrí un etnógrafo francés que se llama Pierre Clastres. Clastres es una persona que estuvo viviendo un montón de tiempo con un pueblo indígena en el amazonas, los guaraníes. Él tiene una teoría, que la contrapone la teoría marxista. Marx siempre decía que la historia, hablando de trabajo creo que es importante hablar de Marx, de la civilización era como la historia de la lucha de clases, y Pierre decía que la historia de las civilizaciones que no tienen historia es la lucha contra el estado; entonces propone un modelo sin estado. De alguna manera, esta frase de Henry Flynt , que es un pensador muy ligado al Fluxus, nos incita a ir en contra, hay que rebelarse. Cuando hemos hecho esta instalación me ha recordado mucho a Henry Flynt, porque justamente su foto más famosa es una en la que aparece detrás de una mesa con un montón de posters e historias suyas detrás. Esta frase es de un artista catalán llamado Joan Brossa. Voy a intentar explicar una historia muy bonita a partir de esta imagen. (enseña: “VOLKSWAGNER”) Louis Aragon, que era un poeta francés de los surrealistas, en 1971 va a un teatro de París donde se estrenaba una obra de Bob Wilson, uno de los escenógrafos y pensadores teatrales más importantes que hay, realmente sus escenarios son brutales. Aragon se quedo tan acojonado cuando fue ahí, que lo primero que hizo al llegar a su casa fue escribir una carta a André Breton, su mejor amigo que se había muerto hacía 40 años. Este gesto esconde esa idea romántica de la historia de decir “hostia, acabo de ver aquello que nosotros habíamos soñado que nos gustaría que pasara después de lo que nosotros hicimos”. Hay una cosa de esta historia, como aquí, que me hace gracia, este “Volkswagner”, que es la mezcla entre marca de coches más famosa de Alemania con el que es seguramente el compositor más importante de Alemania. En esta imagen veo esas dos ideologías tan potentes del país, y luego lo veo unido a la historia de Aragon en el sentido de que veo esa unión entre Wagner y Bob Wilson en la historia como esa cosa que piden los surrealistas. También hay una obra de Brossa que vi una vez y me impactó muchísimo. Es un escenografía que hizo con Tapies y la música era del Mestre Quadreny y la verdad es que me parecía como bonito llegar a relacionar estas tres historias. Ahora estoy metido en un proyecto que me hace mucha ilusión, construir un coche. Estamos empezando a construir un coche en el taller. Me gusta la idea de Brossa dde poder unificar una marca de coches tan importante con una ideología. Creo, y antes lo comentábamos, para mí el coche significa, de alguna manera, a parte de cambiar de escala, hacer el proyecto más tecnológico o ingenieril, al que me he enfrentado nunca. Siempre digo que la utilidad es un valor intrínseco de las cosas, o sea, todas las cosas son útiles. Esa visión te da la libertad de poder utilizar la forma y hacer lo que quieras con ella. Estas frases, o esta palabra repetida contadas veces (enseña: ”FLOWER”), y que a la vez se convierte en algo escultórico, recuerda mucho a los poemas de Mallarmé, en mi opinión uno de los mejores poetas que ha existido nunca. Antes hablábamos de Baldessari. Él define su obra como “pura belleza”, bueno o al menos en el catálogo que compre en el MACBA cuando hizo su retrospectiva eso ponía. Mallarmé lo que hace es pura poesía. Fue el primer poeta que nos habló de la palabra como objeto, o sea, fue el primero que le dio una importancia total a hacer un libro. Y de hecho, esa obsesión de querer hacer sólo un libro, al final da como resultado que tengamos solo fragmentos, pero esos fragmentos merecen completamente la pena. En cambio, estas frases son de Carl Andre, un artista conceptual estadounidense de los años 60. Al final, a Mallarmé los que mejor lo interpretan son los materialistas. Mallarmé, de alguna manera, nos habla de la palabra sola, la palabra con tanta fuerza. Es también el primero que nos habla de la hoja de papel, y yo creo que ese es un concepto principal en arquitectura, en el objeto, o en la manera de pensar. Al final, lo que más nos interesa es lo que encontramos en medio, no lo que estamos viendo, o sea las cosas nunca son lo que dicen que son. Pasaremos a uno de los artistas que más me gusta ahora mismo, además está vivo, Sterling Ruby, es un artista estadounidense. Con esta frase que os voy a enseñar y vosotros mismos la leeréis porque si la leo yo, que no la puedo traducir y a parte lo diré mal, resume muy bien todo esto de lo que estamos hablando. “Sunrise sunset, some rise some rest sunrise sunset some rise some rest” Estas dos palabras o tres representan muy bien lo que estoy intentando explicar. Eso es una de las cosas que también nos gustan, en las que trabajamos, que al final hay siempre en esta parte del trabajo un punto de aprender lo que está pasando. En el conjunto de las palabras ya que hay algo de escultórico, yo creo que hay una historia. Uno de mis poetas preferidos siempre ha sido Paul Celan. Carlos ya lo sabe, de hecho en mi primer estudio tenía frases de Paul Celan grafitedas por todas partes. No se si conocéis la historia de Paul Celan. Paul Celan es un poeta rumano al que le toco vivir la Segunda Guerra Mundial. Lo enviaron a un campo de concentración y en el campo de concentración mataron a toda su familia. Él decidió escribir en Alemán, o sea escribir en la lengua que había matado a toda su familia; decidió usar su propia lengua para demostrar que todo era una mierda. Adorno decía que le parecía una barbarie. A mí me parece una provocación, pero no una provocación como esta frase (enseña: “This is not my intention to intimidare or frighten you”) , me parece una provocación profunda. Cuando habla de “la leche negra», “la leche negra cuando se toma”.… Parece casi como si el vaso de leche negra se desparramara en tus manos. Hay otra historia interesante de un artista español, Juan Muñoz, no se si lo conocéis, es un escultor madrileño. Él decía que a veces le gustaba parecer malo . Cuando lo descubres pierde la gracia, pero en muchas de sus esculturas tiene barandillas, y ponía pequeñas navajas y pequeños elementos punzantes (mariposas puños americanos…) le gustaba parecer peligroso. Entonces esa cosa del ser peligroso, cuando él te lo está diciendo, que no lo es, como esta frase, y el ser peligroso cuando te lo encuentras, cuando llegas a tocar o llegas a descubrir una escultura de Juan Muñoz, que tú no sabes que esconde un cuchillo, y entonces te lo puedes llegar a clavar. Me hablaron muy bien de los “Los Soprano». Yo nunca había visto la serie, y la verdad es que viví obsesionado con “Los Soprano” una temporada. Richard Prince, a parte de hacer fotografía, hace pintura. Sus pinturas principalmente, son grandes, y en ellas explica pequeñas historias, pequeños juegos, pequeñas burlas o chistes sobre una clase social normal. Es como si fueran historias que pueden involucrar a mas gente de la que involucraría el mundo del arte. En este caso, os traduzco rápido: “Una madre tiene una relación muy intensa con su hijo de 14 años, y están luchando continuamente en su casa, la relación se hace insoportable. Al final, ella lo lleva al psicólogo. Al cabo de dos semanas, el psicólogo llama a la madre y le dice: tu hijo tiene el síndrome de Edipo, y entonces dice: claro, desde que él está enamorado de su madre. De alguna manera, ésta es una historia que conoce todo el mundo, se ve representada y entra en burla en dos parámetros. Esta historia que todos conocemos y que todos podemos haber vivido, y luego la cosa freudiana. Realmente, está dejando muy en entredicho a un mito de la modernidad como puede ser Freud. Yo creo que Soprano, sin querer, queriéndolo mucho, hace lo mismo. El hablar de historias que todos conocemos tiene que ver con lo que contábamos antes de la forma. Por ejemplo, Albert Serra, no se si lo conocéis, es un cineasta catalán, ha hecho tres o cuatro obras. La primera obra, que es un poco ida de olla es Crespià, la segunda, “Honor de Caballería”; habla de “El Quijote”. “El camp dels Ocells” habla sobre la historia de los Reyes Magos. La tercera “Historia de la meva mort” que ya se empieza a complicar pero no mucho, mezcla la historia entre Drácula y Casanova. Y la última es la muerte de Luis XIV. ¿Y que consigue Albert Serra con esto? De alguna manera se despreocupa del hilo argumental, lo único que le preocupa es la fotografía. Se puede centrar en el diálogo, no tiene una utilidad, no busca tener un sentido, y tampoco busca querer expresar nada ni contar nada. Simplemente te está metiendo dentro de un ambiente, te mete dentro de una historia, y tu mismo eres capaz de discernir si la historia va para un lado o para otro. Está claro que Serra no es el primero que lo hace, de hecho, ahora hay un cineasta canadiense Xavier Dolan , que también habla de lo mismo. Tiene dos películas; una se llama “Yo maté a mi madre” y otra de las últimas que se llama “Mommy”. Habla continuamente de esta relación tormentosa que tiene con su madre, y tú te sientes totalmente representado todo el rato. Un buen momento para hablar de Ed Ruscha. Es un pintor estadounidense, de Los Angeles. Aquí nos dice: “Hollywood is a verb” Hollywood es un verbo. Nos habla del momento de la historia en que hubo el cambio y el nombre paso a ser un verbo. Yo creo que eso habla mucho de la acción, es pura acción, y así son las pinturas de Ruscha, que también juegan mucho con la tipografía. De hecho, él empezó en los años 40 o 50. Comparte con Warhol el ser el mejor artista Pop o postconceptual que ha tenido Estados Unidos; para mí lo es, lo que pasa que Warhol tuvo mucho más tirón. Ruscha al principio hacía libros, vivía en Los Ángeles, la ciudad estaba en un momento de plena expansión. Los Angeles tiene esa cosa rara de tener un buen clima, como Barcelona, es un sitio en donde a la gente le gusta vivir y pasárselo bien. Él hizo una serie de libros sobre gasolineras, otro sobre aparcamientos… Tiene también una serie de gasolineras dibujadas. Era un dibujante de la hostia, impresionante. Al final, ha acabado haciendo obras de tamaño bastante grande y jugando con tipografías. Hace pinturas hiperrealistas y encima pone frases, así, de alguna manera, convierte la pintura en acción, convierte la pintura en verbo como nos dice. Empecé a ver series, siempre me había gustado más leer. Cuando me preguntan, siempre me ha parecido que la arquitectura y la escritura tienen algo muy en común que es esa voluntad de construir. Es lo mismo construir un libro que un edificio, que tampoco me gusta decir edificio… bueno, hay que perder también el miedo a decir que una casa es un edificio, incluso una cabaña puede llegar a serlo…una construcción. Si habláramos de construcción ya seria otra historia.

Bueno, después de “Los Soprano” me dijeron: “Hostia, tienes que ver The Young Pope”, es brutal…Y la verdad es que sí lo fue. Primero porque Sorrentino había hecho “La Gran Belleza”, que ya me pareció muy buena. Si hay algo interesante de las series y es que te permite llegar al extremo del personaje, o sea, yo en algunos momentos podía llegar a ser Tony Soprano en mi cabeza. Entonces, “The Young Pope” solo son diez capítulos, que se dividen en dos etapas, y las dos etapas en el fondo hablan de lo mismo, la aparición en público. Hay algo muy interesante en el primer o segundo capítulo. Él está con un obispo que es lo más viejo y casposo que te puedes llegar a imaginar y le dice: -¿Tú quién crees que es el mejor escritor del S XX?

Y claro, el tío se queda: ¿Del S XX? ¿De qué me estás hablando? y le dice:

-Salinger.

-¿Y quién es el mejor grupo de música?

-Daft punk

-¿Y artista contemporáneo?

-Banksy

Y entonces como no ha entendido nada le pregunta por qué. Él dice que porque los tres, de alguna manera, ocultan quienes son. No hay ninguna fotografía suya en ninguna parte. Yo no quiero decir que eso sea ni bueno ni malo. Pero cómo lo dice expresa cual es el miedo a mostrarse. Lo bueno es la gracia del gesto, que se parece mucho a la violencia o el acto de violencia de Juan Muñoz.

Él se enfrenta a los dos discursos principales. Tiene que hacer el primer sermón, una vez nombrado Papa se tiene que presentar, y entonces con esa idea de ser Salinger dice: “no quiero los focos en mi cara, no quiero que los periodistas lleguen a mi…»crea una especie de sombra. Pero nadie puede ver lo que está pasando, solamente Javier Cámara que es su mano derecha. Él delante de la preocupación de todo el mundo que le pregunta: “¿Pero cuando darás el sermón?” Se esperan seis meses y él: “No, lo estoy preparando..” Y en el momento de ir a leerlo, de repente, saca una carpeta, la abre, y hay una felicitación de navidad que le había enviado un niño pequeño, la abre y empieza a pegar el discurso a saco. Y es algo que solo ve Javier Cámara. Hay como esa gracia del gesto. El gesto es algo que nunca se ve pero existe y todo el rato hay esta idea mística que envuelve a este Papa, una idea como muy cargada y retrógrada. Hace no mucho, me invitaron a participar en una tertulia sobre la modernidad en la arquitectura. Y la conclusión que llegué, que no se si es buena o no, es que el problema es que no hemos podido ser modernos porque no hemos aceptado, o no hemos podido superar el romanticismo, todavía estamos en esa fase de llegar a apreciar este misticismo. Por eso para no ser romántico tendríais que ayudarme y comentar, o luego al menos venir a hacer algo y no hacerme sentir tan ridículo.

Poco hay que creerse esa cosa de los personajes. Hay algo bastante interesante. Al principio de plantear esta charla quería hablar sobre la novela y los personajes seguramente, y al final acabas haciendo lo que pensabas al principio. De alguna manera, trayendo todos estos personajes, aunque sean de series, que no deja de ser literatura, acabamos haciendo lo mismo. También estamos viviendo un momento interesante donde ya no tenemos esas barreras. Todo el rato Allen Ruppersberg, que es un personaje impresionante a nivel, no solo gráfico, sino como una persona que ha abierto un montón de caminos en el pensamiento. En el fondo, la mayoría de piezas, y eso, cuando hablaba de Mallarmé es muy importante decirlo, aquí no estamos hablando de caligrafía, de Apollinaire, de hacer una forma… nunca hablamos de eso. Estamos intentando hablar de la propia letra, y creo que cuando están pintadas se entiende mejor, empiezas a ver cada letra, cada posicionamiento, ha intentado guardar la escala. De alguna manera lo que intentamos ver es ese poder del test, de la forma, con el significado. Y luego la manera de pintarlo. Creo que a parte esto es una pregunta, el tío esta jodido cuando dice: “¿por qué todo es lo mismo?”. Dice que las cosas son en su totalidad y por eso nos jode en cierta manera, o sea, es o haces frente a lo que tienes que hacer o estas perdido. De alguna manera, es como si simbolizara el paso. (enseña un smiley) Fue un icono que se uso mucho en las discotecas de Londres y que va muy unido a la diversión. De alguna manera, todo el mundo entiende lo que es con su propia forma.